martes, 25 de agosto de 2009

Portes Gil y "Judas"



Esta curiosa fotografía, proveniente de la página de Internet dedicada al actor, director, productor y guionista cinematográfico Manuel R. Ojeda, fue tomada en la locación de una película filmada en el año de 1936 en la hacienda de Arroyozarco, del municipio de Aculco: "Judas". Como se menciona en la propia página, la fotografía fue incluida en el libro Carlos Villatoro, de Federico Dávalos Orozco y Esperanza Vázquez Bernal, publicado por la UNAM en 1999. Como telón de esta imagen, aparece el arco de acceso al jardín del Hotel de Diligencias de Arroyozarco, edificio construido entre 1786 y 1791 que ya para entonces servía en realidad sólo como casa habitación de esa hacienda.

Arco de entrada al jardín del Mesón u Hotel de Diligencias de Arroyozarco.

La película "Judas", dirigida precisamente por Manuel R. Ojeda, con guión también suyo sobre un argumento de Gustavo Villatoro, era un filme de carácter propagandístico, realizado por el gobierno mexicano, que pretendía glorificar el reparto agrario cardenista y pintaba a los hacendados no sólo como acaparadores de tierras, sino como personajes absolutamente malvados. Como muestra de la importancia concedida por el gobierno a este proyecto (y a otros, que supuestamente serían filmados después), cabe mencionar que fue designado su productor ejecutivo el ex presidente Emilio Portes Gil, quien aparece precisamente al centro de la fotografía superior.

El Hotel de Diligencias de la hacienda de Arroyozarco, como estaba en 1995.

Sin embargo, este mensaje de revolucionario y agrarista no agradó al público y la película resultó un absoluto fracaso en taquilla, en contraste con otros filmes contempóráneos de tema revolucionario como "Vámonos con Pancho Villa", de Fernando de Fuentes. Es más, el verdadero éxito de la época fue la película "Allá en el rancho grande", que ignoraba del todo en su argumento la reforma agraria, pese a que se ubicaba en la actualidad mexicana. En los años posteriores, la filmación de numerosas películas de carácter rural en las que aparecían todavía patrones y peones confirmaría que el público prefería revivir en el cine los tiempos de las haciendas por encima de las historias de ejidos y campesinos sublevados.


FICHA TÉCNICA.

Título: Judas
Producción: REMEX, S. C. L.
Dirección: MANUEL R. OJEDA.
Argumento: Gustavo Villatoro, adaptación: Manuel R. Ojeda.
Año de producción: 1936.
Fotografía: Alex Phillips.
Música: Raúl Lavista.
Sonido: Roberto Rodríguez.
Escenografía: José Rodríguez Granada.
Edición: Manuel R. Ojeda.
Intérpretes: Josefina Escobedo, Carlos Villatoro, Víctor Urruchúa, Manuel Buendía,
Victoria Blanco, Carlos López Chaflán, Consuelo Segarra, Arturo Manrique Panseco,
Esther Fernández, Max Langler.
Filmada a partir del 4 de mayo de 1936 en los estudios México-Films. Estrenada el 4 de septiembre de 1936 en el cine Rex.

lunes, 17 de agosto de 2009

La cotidiana violación de la Ley en Aculco

Fotografía de la "Casa del Volcán" (del siglo XVIII), una de las edificaciones más notables de la Plaza de la Constitución de Aculco, tomada el 9 de agosto de 2009.


DEL BANDO MUNICIPAL DE ACULCO:

ARTÍCULO 131.- Queda estrictamente prohibido expender productos de cualquier tipo y clase en las banquetas y vías publicas. A los propietarios de comercios se les prohíbe sacar sus mercancías del interior, o colocar prendas de vestir en los exteriores de los comercios, reservar áreas para estacionarse frentes a sus comercios con diferentes objetos obstaculizando la libre circulación peatonal en las banquetas y alterando la imagen urbana. La autoridad municipal puede en cualquier tiempo resguardar la mercancía u objetos en tanto la Oficialía Conciliadora y Calificadora sancione esta infracción al presente Bando.

Mientras las autoridades municipales no hagan nada para que las leyes efectivamente se cumplan, de nada servirá el construir bulevarcitos, arcos de entrada, portales o blanquear fachadas, pensando que con ello se mejora este pueblo.

Pero, ¿qué político se anima a meter en cintura a sus propios votantes?

ACTUALIZACIÓN:

El Ayuntamiento ha cambiado, pero la observancia de la ley continúa igual. Aunque de manera menos ostentosa, se observa en esta imagen del 2 de octubre de 2009 que se siguen sacando las mercancías al exterior de la tienda.

lunes, 10 de agosto de 2009

La Casa de don Epifanio Sánchez

Portada de la accesoria y ventanas de los trojes de la Casa de don Epifanio Sánchez.

Don Epifanio Sánchez Ruíz fue presidente municipal de Aculco en 1925. Procedía de una familia de importante significación en el pueblo desde fines del siglo XIX. Su casa, situada a media carrera de la Calle Hidalgo, en su lienzo sur, era una típica vivienda aculquense: gran portón para el paso de carretas, un par de balcones de cantería en la sala, una accesoria comercial, trojes para el almacenamiento de semillas y pastura sobre las azoteas, patio rodeado por corredores y un gran corral para el ganado.

La casa de don Epifanio Sánchez en la década de 1960.

Ya en manos de su descendencia, el primer signo de la decadencia de esta casa fue la pérdida de su gran portón de madera hacia fines de la década de 1970 o principios de la de 1980. Con el pretexto de ensanchar la entrada para que entraran mejor los automóviles, fue removido y vendido a una persona que lo colocó -nos cuentan- en una casa en Tlalpan, en la ciudad de México. Al mismo tiempo, se ajustaron nuevas dovelas de piedra en los extremos del cerramiento de esta entrada, que aunque realizadas en cantera rosa se les labró descuidadamente, de modo que se advertía inmediatamente que no se trataba de las originales.

Poco tiempo después, las cubiertas de viguería de la sala y otras habitaciones fueron retiraradas para sustituirlas por una losa de concreto.

Una nueva intervención al acceso principal, con el objetivo de permitir que ingresara ahora una camioneta de redilas, hizo desaparecer casi por completo el dintel de piedra de su portada. En esta situación, la casa permaneció hasta hace cerca de un año.

Casa de don Epifanio Sánchez en el año 2000. Obsérvese que la cubierta de viguería fue reemplazada por una losa de concreto que se prolonga más allá del plano de la fachada. Nótese también el deterioro por humedad entre los dos balcones. A la derecha, aparece la portada mutilada del acceso principal.

Al recorrer la calle Hidalgo hace algunos meses, nos pudimos percatar de que, a la vez que las casas de esta vía se mostraban recientemente blanqueadas y con sus portadas pulidas, seguramente como parte de los programas de "hermoseamiento" llevados a cabo por el Ayuntamiento, al ojo atento varios de esos inmuebles aparecían dañados en su integridad constructiva. Era precisamente la situación de la casa que reseñamos esta vez, que había perdido ya la mayor parte de uno de sus balcones.

Fotografía reciente de la casa de don Epifanio Sánchez. Obsérvese que las jambas y dintel del balcón de la derecha han desparecido. Sólo permanecen las ménsulas y la moldura del remate.

El objetivo de esta modificación fue convertir la sección correspondiente de la antigua sala (ahora dividida) en una farmacia. Por supuesto, esto podría haberse hecho de una manera más inteligente, respetando las proporciones y materiales del vano. Pero parece que sacrificar un poco de vista comercial por conservar una casa ya para nadie es importante en Aculco. Son nuevos tiempos. Es, sin duda, para los poseedores actuales de sus edificaciones históricas del pueblo, más importante que llegue el dinero, y sobre todo que llegue rápido. No interesa si, para lograrlo, tiene uno que arrasar con las piedras que cobijaron la vida de nuestros padres, abuelos, bisabuelos...

En fin, estoy convencido de que, algún día no lejano, las generaciones venideras añorarán lo que nosotros hemos destruido y continuamos destruyendo. Seguramente se preguntarán cómo pudimos ser tan estúpidos como para perder ese patrimonio.

ACTUALIZACIÓN, 22 de junio de 2014.

Hacia el poniente, la casa de don Epifanio Sánchez tuvo un anexo con una entrada en arco y dos accesorias en la que por muchos años estuvo instalada una pulquería. El propio don Epifanio vendió esta sección de su propiedad a don Justino Aguilar y más tarde fue derribada, construyéndose en su solar una fea casa moderna de dos plantas, de la que asoma una pequeña parte en la primera fotografía de este post. Por fortuna, hace pocos días encontré una fotografía en la que aparece esta parte desaparecida de la casa don Epifanio Sánchez, probablemente tomada en la década de 1970. Nótese que la accesoria tenía todavía sus puertas abatibles típicas de las cantinas.

ACTUALIZACIÓN, 1 DE OCTUBRE DE 2019:

Agradezco a Joel Becerril Alcántara por las fotos de don Epifanio y doña Anita.

viernes, 7 de agosto de 2009

Los tartufos, again

Nuevamente ha visitado este blog cierta persona, más que identificable, que nos ha enviado un par de comentarios en los que ataca nuestro propósito de defender a través de este espacio la arquitectura tradicional de Aculco -protegida por la ley- de las infelices ocurrencias del actual alcalde y su camarilla. Sus argumentos, por supuesto, ni siquiera rondan lo razonable: que si soy feo, que si nadie me conoce, que si ataco a los "protagonistas" porque soy un envidioso, que si esa persona es tan culta (y lo presume) que cita como si fuera texto sagrado a Carlos Ruiz Zafón... En fin, esto no merecería siquiera comentarlo en un post, pero quiero dejar bien claras algunas cosas:

1. Me halaga que quienes se consideran mis enemigos sigan visitando este espacio. No tengo ni que decirles que lo construí pensando en ellos. Sus rencorosas palabras me hacen el día.

2. No por lo anterior voy a publicar sus mensajes. Lo haré cuando dejen a un lado los insultos personales y comiencen a argumentar. Me encantaría rebatir sus puntos expuestos sensatamente: amo el debate.

3. Aunque cada vez que llega un mensaje de éste y otros tartufos siento la necesidad de compartir con mis lectores que nuevamente conseguí exasperarlos, creo que es mejor evitar en el futuro posts que informen de su visita. Resultaría aburrido al cabo del tiempo.

4. Quisiera informarle al autor de esos mensajes que, a Dios gracias, no me llamo Juan.

JLB