jueves, 7 de mayo de 2009

"Nadie pise este limbrar..."

Al fondo de la arquería, la portada del salón de la Casa de Hidalgo.

En el dintel de la portada del salón principal de la Casa de Hidalgo (inmueble del que ya hemos hablado extensamente en este blog), existe una inscripción casi ilegible, incompleta según nuestra conclusión, que aunque haya sido de paso llamó la atención de historiadores de arte tan renombrados como Francisco de la Maza. En sus palabras:

La Familia del Castillo enseña con respeto la sala en que durmió Hidalgo, con su viejo piso de ladrillo y techo de viguería; en el dintel, con el anagrama de Cristo, el IHS, un letrero casi ilegible "Nadie pise este lugar..." viejo consejo religioso que no sabemos si es anterior o posterior a la estancia de Hidalgo. (Franisco de la Maza: La Ruta del padre de la Patria. Secretaría de Hacienda y Crédito Público. México, 1960. Pág. 290)

Vista del salón en 1959. Corresponde exactamente a la descripción que hizo De La Maza en 1960.

Al identificarlo como "un viejo consejo religioso", De la Maza se refiere a la cuarteta que solía inscribirse a la entrada de los recintos religiosos marianos, como la parroquia de La Soledad en la ciudad de México:

Nadie pase a este lugar
sin que afirme con su vida,
que María fue concebida
sin pecado original.

Esta es sólo una de las versiones de esta redondilla, pues con frecuencia se alteraban algunas de las palabras, con algún menoscabo incluso de su métrica y rima (Como lo hace ver Camilo José Cela que transcribió una de esas versiones en su libro Desde el palomar de Hita). De tal modo, el mismo poema podría verse escrito así en alguna otra iglesia:

Nadie PISE este PORTAL
sin que ACEPTE POR su vida,
que María fue concebida
sin LA CULPA original.

O bien:

QUE Nadie PASE este UMBRAL
sin que JURE POR su vida,
que María ES concebida
sin pecado original.

O aún

Nadie ENTRE A este LUGAR
sin que DIGA POR su vida
"SOIS CONCEBIDA, María
sin LA CULPA original."

Vista general del dintel. La inscripción es poco legible, por lo que el resto de las fotografías han sido mejoradas por computadora.

Veamos ahora la forma que adopta la versión aculquense. Las letras se encuentran incisas con muy poca profundidad en el dintel (que, por cierto, es monolítico), lo que dificulta su lectura. El inicio, que corresponde a la parte que dice "nadie pise este" es sin embargo la más legible, por lo que no caben dudas de su sentido.

Pero los problemas empiezan enseguida pues, poco antes del mongrama de Jesús que ocupa la parte central del dintel y que divide esta inscripción en dos partes, se tallaron una o dos letras de difícil comprensión. Para De la Maza, como leemos en su transcripción, son una "L" y una "u" (que más bien parecería "v", comienzo de la palabra "lugar". Pero para nostros, debe ser interpretada como una "L" una "y" de acuerdo con lo que vermos adelante.

Lado izquierdo de la inscripción.

Al otro lado del IHS, la inscripción continúa, aparentemente con el resto de la palabra cortada antes de él. Aquí, la interpretación comienza a ser dificultosa y sólo al modificar el contraste de las fotografías en computadora podemos verlas con un poco de mayor claridad. Siguiendo a De la Maza, deberíamos encontrar aquí las letras "gar", pero las que vemos son "mbrar". Unido al "Ly" previo al monograma, lo que tenemos es la palabra "lymbrar", o acaso "lvmbrar". Seguramente esta palabra resultará desconocida para nuestros lectores como lo era para nosotros, por lo que es interesante profundizar en su significado.

Según el Diccionario Etimológico del Español de Joan Corominas, "umbral" se decía "limbrar" a fines del siglo XIII, y "lumbral" hacia 1395, procedente del latín liminaris, derivado de limen "umbral". De liminaris salió regularmente limbrar, alterado en lumbral, en parte por influjo del castellano antiguo lumbre "luz"; la l inicial desapareció por confusión con el artículo.

Así que ahi tenemos nuestro "lymbrar", es la misma palabra umbral en una forma arcaica. Pero, es de hacerse notar, demasiado arcaica y por ello cuestionable.

Después de esta palabra la inscripción continúa prácticamente sin dejar espacio de separación, con un par de letras que a primera vista podrían leerse como "sô", pero que que más bien deben ser "sñ", donde el signo sobre la "n" indica una abreviatura que desatada nos da un "sin". Adelante, un "que" es perfectamente legible, pero posteriormente se encuentra una palabra en la que sólo son legibles la primera y última letras, "d" y "a", respectivamente. Fácilmente la podemos interpretar como el "diga" que incluyen algunas versiones de la redondilla mencionada.

Enseguida, la inscripción concluye abruptamente con una especie de p y q combinadas, es decir, un círculo con líneas verticales a izquierda y derecha. No hay más rastros de que se haya intentado continuar la inscripción, que tal como queda escrita "nadie pise este lymbrar sin que diga pq" carece del sentido original, pues no menciona ni a María, ni a su Inmaculada Concepción.

Lado derecho de la inscripción.

Es evidente que existió la intención de continuar los versos, ya que el fragmento que llegó a realizarse se encuentra en una posición alta en el dintel, que sólo quedaría balanceada de haberse escrito el fragmento complementario en la parte baja. Pero, ¿qué sucedió? ¿Por qué se dejó inconclusa? No cabe aquí más que hacer suposiciones.

Para nosotros, lo más probable es que el autor de esta inscripción fuera alguien muy poco hábil para realizar este tipo de trabajos en piedra, lo que queda demostrado por la rusticidad de sus trazos, incluso del monograma IHS, al compararlos con inscripciones semejantes en el propio pueblo de Aculco. Es posible que este poco hábil operario, cuando comenzaba a labrar las palabras "por su vida", cometiera el error de tallar una letra "q" en lugar de la "p" requerida, lo que intentó arreglar añadiéndole la línea vertical del lado izquierdo, con muy malos resultados.

Descorazonado por el error o reprendido por los propietarios de la casa, habría abandonado su obra para siempre. Así, nos legó la "misteriosa" inscripción que no pocos han querido relacionar, más que con la concepción de la Virgen María sin el pecado de Adán (lo que sería imposible sin conocer la redondilla), con el episodio de la presencia de Miguel Hidalgo en esa casa a principios de noviembre de 1810, llegando al extremo de medio inventar su sentido con versiones como aquella "nadie pise este lugar... bravos quedaron", incluida en el Catálogo Nacional de Monumentos Históricos del INAH, que resulta de una mala lectura de las letras que la integran.

Vista general de la inscripción.