sábado, 10 de octubre de 2015

La piedra de la misa de don Miguel Hidalgo

En la fachada de la capilla de la hacienda de Cofradía existe, al lado derecho de su entrada principal, una lápida de cantera rosa toscamente labrada y rodeada por un marco del mismo material. Entre varias figuras y cifras de difícil interpretación, parece leerse la frase "aquí celebrando misa" que es precisamente la que la vincula con una arraigada tradición aculquense. Según ésta, la piedra habría servido a don Miguel Hidalgo y Costilla, como mesa de altar para la celebración de una misa, durante su estancia en Aculco entre el 5 y el 7 de noviembre de 1810.

Aunque algunas variantes de la leyenda afirman que la piedra estuvo bajo el árbol conocido como Palo Bendito (otro sitio señalado para una improbable misa celebrada por Hidalgo), en realidad se encontraba lejos de ese sitio, en terrenos de la hacienda de Cofradía, al parecer en algún punto inmediato al salto llamado precisamente "de Cofradía" (donde hoy está la cortina de la presa) o al salto del Tixhiñú. Y no todas las versiones afirman que se trata de una mesa de altar, sino que algunas indican que es un fragmento de la roca desde la que el cura de Dolores contempló la Batalla de Aculco. Esto último no resulta del todo descabellado puesto que los planos de la batalla muestran que justamente en la zona en la que se encontraba esta cantera los insurgentes dispusieron se colocara el tesoro, carros y equipajes, e Hidalgo no solía estar en primera línea en los combates sino más bien en la retaguardia.

De cualquier manera, a principios del siglo XX los dueños de la hacienda de Cofradía mandaron cortar aquella piedra para retirar la inscripción y la llevaron para su resguardo a la capilla, como decíamos al principio de este texto.

Todo lo anterior corresponde a lo que escuché de niño o averigüé ya más grande entre la gente de edad de nuestro pueblo. Pero hace unos pocos años localicé un par de fotografías de la piedra, tomadas antes de que se le arrancara de su lecho, que cuestionan varias de estas ideas y que hoy quiero compartir con ustedes. Estas dos fotografías con parte de la serie de imágenes estereoscópicas capturadas por el fotógrafo Gustavo F. Solís durante el viaje que realizó por todos los puntos de la ruta de la Independencia con el historiador Luis Castillo Ledón en 1907.

En la primera fotografía, catalogada en la Fototeca Nacional bajo el número 603892 y con la descripción "barranca cercana a Aculco", aparece la piedra vista desde cierta distancia. Por su ubicación parece ser un afloramiento rocoso que forma parte de la pared de una de las barrancas que abundan precisamente en la zona que va desde la presa de Cofradía hasta el salto del Tixhiñú y más allá. Sólo contrastando mucho la fotografía se advierte que aquella roca tiene una inscripción en la cara que ve hacia el espectador, aunque resulta totalmente ilegible.

La segunda fotografía, con número de catálogo 603892 y descripción "barranca de Aculco, vista de roca con inscripciones", es un acercamiento a la piedra, tomada seguramente con el fin específico de retratar el texto inciso en ella. Pero desafortunadamente tampoco resultó comprensible lo que dice ahí salvo, quizá, una parte de la frase "... de mayo de 18..." y un "... Aquí ...". Acaso alguno de los lectores del blog Aculco, lo que fue y lo que es tendrá la paciencia y herramientas para descubrir el entido de esta inscripción.

Al conocer estas fotos antiguas de la piedra, me pareció evidente que por su ubicación definitivamente no pudo ser utilizada como mesa de altar. Tampoco, creo, como "telón de fondo" para una misa de las tropas insurgentes, pues habría sido absurdo celebrar la eucaristía en un sitio tan incómodo y poco apropiado como una barranca. Más fácil habría sido, como asegura la otra versión de la leyenda, que haya servido a Hidalgo de atalaya para atisbar el encuentro con las tropas de Calleja (quizá al otro lado de la barranca), pero sin otros puntos de referencia tampoco eso se podría asegurar. Quizá la única manera de tener idea de lo que conmemora la inscripción es revisarla detalladamente en su actual ubicación, en la hacienda de Cofradía. Yo la vi hace muchos años y no recuerdo casi nada de ella. Me han dicho que se encuentra ya muy desgastada y es imposible de leer, pero tengo la esperanza de revisarla personalmente algún día con suficiente calma y poder comprender algo de lo que en ella se grabó.

Sin ayuda de un visor estereoscópico, tan sólo cruzando un poco los ojos (haciendo bizco, pues) es posible mirar las fotografías dobles incluidas en este post con el "efecto 3-D", como diríamos ahora, que buscaron sus creadores. Sin embargo, como regalo a los lectores de este blog a los que se les dificulte hacer bizcos, subo enseguida los pares de imágenes como gifs animados que les darán una buena idea de su tridimensionalidad simulada.